Recuerdo vivamente la primera vez que subí a un avión. Madrid-Barcelona. Y recuerdo perfectamente, como si fuera ahora mismo, el momento del despegue. Solo pude pensar: imposible. Es imposible. Absolutamente imposible. Y sin embargo… subió, y subió, y subió. Nada hay imposible, amigo. Cada vez que despega un avión lo[…]
Acuarela de Valladolid
Aunque pongo una de ellas en el encabezamiento de este post, no quiero ahora referirme a las acuarelas que se realizan en el concurso de pintura rápida de San Pedro Regalado (las hay preciosas). Sino rememorar la conocidísima canción del locutor deportivo Ary Barroso titulada “Aquarela do Brasil”. Que la[…]
Tres barcos
Uno: el que describe Manuel Vicent en El País (septiembre de 2017). “No hay barco más seguro que el primer barco de papel que fabricamos cuando éramos niños con una hoja del cuaderno escolar donde habíamos escrito nuestros sueños más puros”. Y concluye: Aquel velero de papel “hoy puede convertirse[…]
Entrar en el mar
Las ciudades, como los árboles y las serpientes, nacen del suelo. Y como los árboles y las serpientes, no pueden cerrar los ojos ni siquiera cuando duermen. Pobres. Esa expresión, “las ciudades nacen del suelo”, la dijo Eliseo Reclus, sobre quien se acaba de publicar un curiosísimo libro que explica[…]
Sobre el teatro de calle y sobre Salvador Távora
Ayer no pude llevar a cabo la presentación que había previsto del 19 Festival de Teatro y Artes de Calle de Valladolid. Al parecer, por problemas de “escaleta”. Vaya. Pero no querría que se perdiesen las cuatro palabras que había preparado. Algunas están recogidas de aquí y de allá. Y[…]
El fracaso feliz de Nueva York
La ciudad de Nueva York es pródiga en enseñanzas para la historia urbana. Señalaré diez términos de esa exuberancia. Fragilidad. Es una ciudad de máxima fragilidad. Como las mariposas, ofrece el brillo de lo efímero, a punto, en cada instante, de desvanecerse. Pero, como ellas, también siempre renaciendo. Diez años[…]
Adagios sobre adagios
Las palabras que significan un par de cosas bien distintas están muy bien para jugar. Por ejemplo, adagio. Que cuando procede del latín es como un refrán, un proverbio o una sentencia. Y que cuando viene del italiano alude a un determinado “tempo” musical. Pues si esa ambivalencia nos invita[…]
La ciudad del dolor de cabeza
En el libro El cielo a medio hacer, del poeta sueco y Premio Nobel de Literatura 2011 Tomas Tranströmer (1931-2015), se contiene un brevísimo escrito titulado “La casa del dolor de cabeza”. Es buenísimo. Empieza así: “Me desperté en el mismo centro del dolor de cabeza”. Y no, no parece[…]
Oporto
La ciudad es un desastre. Como Valladolid. Como todas las ciudades interesantes. Como Nápoles, pero en Portugal. Y sin embargo, ¿hay alguna ciudad más encantadora? (vale: quizá Nápoles). Una ciudad con río y frente al mar. Con una topografía abrupta. Donde se huele el agua del mar y “su silenciosa[…]
Centinelas y cabezadas
Casi por casualidad me he encontrado con una cita estupenda. Está en la presentación de un libro del XVI y me ha encantado. Corresponde al traductor (al humanista, que nos dicen en sus biografías) Pedro Simón Abril, quien en la introducción de un texto de Aristóteles vertido por él al[…]