Blog de Manuel Saravia

Cristal

Primero lo dijo María Sánchez (“El Ayuntamiento de Valladolid debería tener paredes de cristal y ser permeable a lo que reclama la calle”: 15 de diciembre de 2012, El Norte de Castilla, a toda página), y luego se lo hemos oído decir a otros. Incluso a León de la Riva (“Las administraciones deben tener las paredes de cristal”: 27 de febrero de 2015, en Diario de Valladolid-El Mundo). Ambos se refieren a la transparencia aunque, según creo, con planteamientos bien distintos.

Por de pronto no deja de ser curiosa la metáfora arquitectónica. Es una utopía de hace más de un siglo, que no se limita a las paredes. Bruno Taut esquematizó en 1919 una “casa del cielo” con paredes, suelo y techo de cristal. Y Paul Scheerbart entendía que “la tierra entera tenía que ser reconstruida, en último término, como cristal”. Ernst Bloch, al comentarlo en El principio esperanza, advertía sobre las cualidades del cristal, “esa capa protectora que se interpone, transparente desde luego, pero que no permite tocar con la mano ni entrar. A ello se debe que detrás del cristal todo parezca mejor”. Pero recordaba también que “la utopía arquitectónica de cristal necesita formaciones que merezcan la transparencia”.

¿Cómo entender ese merecimiento? Cuando María Sánchez habla de transparencia se refiere a la apertura total y sin reservas de la acción municipal. Pero creo que cuando lo hace Javier León alude más bien a un determinado tipo de cristal: el que se recoge en el actual Reglamento Orgánico. Porque lo cierto es que el cristal ordinario permite ver de fuera adentro… pero también al revés. Y que es ese segundo sentido del tráfico de la transparencia el que hasta ahora sí se ha dado. Cualquiera que haya querido consultar un expediente ha tenido que pedirlo por escrito y entregado todos sus datos. Y si pretendiese hacer alguna fotocopia ha de indicar las páginas que desea, dejando constancia de los documentos que le interesan. Más aún: en alguna consulta hemos tenido al lado, junto a nosotros, a alguna persona tomando nota de las páginas en que nos deteníamos. La información sobre quien consulta, total. Sobre la acción municipal, depende.

O sea: que ya existen paredes de cristal. Pero están hechas de espejos “de una sola dirección” (como los de las comisarías). Y así no deberían ser las cosas. Paredes (y techos y suelos) de cristal, sí. Pero de cristal limpio, sin trampas de “gran hermano”.


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