Blog de Manuel Saravia

Árboles y celos

Año 1499. “Había por aquella época concejos celosísimos” (nos dice Agapito y Revilla, refiriéndose al Ayuntamiento de Valladolid del siglo XV), que se preocupaban “de lograr un mejor vivir y disfrutar de una comodidad que no era dable a todos los pueblos”. No sé. Lo cierto es que en aquellos tiempos hubo algunas “pragmáticas” de los Reyes Católicos que estaban relacionadas con las plantaciones de árboles. Y en ellas se imponía a los concejos, entre otras cosas, la obligación de plantar pinos u otras especies forestales. Y en ese contexto, el Regimiento de Valladolid, preocupado por “lograr un mejor vivir” y “una comodidad que no era dable a todos los pueblos”, emitió por su cuenta una ordenanza para asegurar “la riqueza de árbol”. De manera que el 8 de febrero de 1499, los regidores del Ayuntamiento acordaron obligar a todos los que tuviesen viñas a plantar tres árboles frutales “en cada aranzada”.

Año 2018. En el artículo 262 del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), actualmente en exposición, se exige plantar “al menos un árbol por cada 20 m² construidos” en las obras o instalaciones levantadas en suelo rústico común, que deberán situarse “en el entorno” de tales edificaciones. En los artículos 476 y 478 se determina, siempre que fuera posible, la plantación de un árbol por cada 200 m² de suelo industrial (en industrias de cierto tamaño). Y en el artículo 283 se exige también plantar, “al menos, un árbol de hoja caduca por cada cuatro plazas” en las zonas de estacionamiento en el espacio público (“playas de aparcamiento”).

Si la aranzada castellana equivale a 4.472 m² quiere decir que se exigía un árbol (frutal) por cada 1.491 m² de parcela; y esa obligación únicamente era aplicable a las viñas. Pues bien. Aunque los estándares no sean siempre directamente comparables (pues solo en algún caso se requiere un determinado número de árboles en función del tamaño de la parcela, como antaño; planteándose el resto de las exigencias en relación a las plazas de aparcamiento o a las dimensiones de las construcciones levantadas), no puede concluirse, ni mucho menos, que se sea menos exigente ahora que hace 519 años. ¿Podríamos decir que la actual corporación municipal también es celosísima?

(Imagen: Caronna. Fotograf. Steffen Heinz. Trabajo propio. Wikipedia).

 


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