Al parecer, a Yon González le gusta muchísimo Valladolid. Tanto, que ha declarado que «si tuviera playa, me vendría a vivir aquí». Playa de mar, por supuesto. Se refiere (creo) a que le falta, a su gusto, la proximidad del océano, la vista del horizonte lejanísimo, esas cosas de las ciudades del litoral. ¿Realmente es algo tan difícil de conseguir?
Técnicamente no lo es. Por de pronto, ha habido en la historia muchos (muchísimos) casos de ciudades que han emigrado a otros lugares por múltiples motivos. Llevándose todo, la ciudad entera. Incluso, a veces, algunos de sus monumentos. Valladolid podría desplazarse al borde del Cantábrico, que tanto nos gusta, y reconstruirse mirando al mar. Pero no sería la única fórmula aplicable para conseguir la playa. Porque también se han realizado inmensas obras de ingeniería que han llegado a formar un “mar interior” junto a algunas ciudades, sin necesidad de moverlas ni un metro. Y más aún. Se ha llegado a pensar, incluso, en “ciudades rodantes”, Walking cities, que pueden, tranquilamente, acercarse al mar, y volver a casa cuando apetezca. De manera que, si existen posibilidades técnicas, solo faltaría la “voluntad política”. Bueno: y el asunto, algo engorroso, y para algunos poco relevante, de los costes y la financiación.
Esta mañana han llamado al teléfono de casa para realizar una encuesta. Una encuesta muy curiosa, desde luego. De la que me resultó especialmente llamativa una de las preguntas que se refería, limpiamente, a la preferencia por el soterramiento del tren o por la integración en superficie. ¿Teniendo en cuenta los costes? No, por Dios. Sin consideraciones económicas de ningún tipo. Genial. Magnífica encuesta.
(Imagen: Yon González, procedente de cadenaser.com).