En el Diario de Valladolid aparece hoy, a toda página, un titular curioso: “Vélez asume la obra de Padre Claret ante la parálisis del área de Saravia”. En fin: es un buen titular (contundente, directo, acusador), pero creo que pueden comentarse un par de cosas de su redacción.
La primera: “Vélez” no “asume”. Al no poder dirigir la obra los funcionarios de Planeamiento y estar en disposición de hacerlo otro de Movilidad, este último se hará cargo de la dirección. Pero, como bien dice la letra pequeña de la noticia, “no significa que este nuevo paso de la integración ferroviaria de la capital vallisolletana vaya a salir de las competencias del área” de Planeamiento. ¿Entonces?
La segunda: ¿Parálisis? No ya “en el área” (el titular da a entender que toda el área está inactiva: “la parálisis del área”), sino tampoco en lo que se refiere a esta obra. Pues lo que se propuso desde Planeamiento fue que, como se hace en muchísimas obras municipales, no tuviese que dirigirlas un funcionario, sino que pudiese recaer en un técnico externo. Por poner un ejemplo reciente, así se ha llevado la dirección del nuevo Centro de Mayores de Parquesol, a cargo de un técnico externo, supervisado por un funcionario. ¿Hacerlo así habría sido “parálisis”?
Asumir. Parálisis. No es fácil elegir las palabras adecuadas, los términos que respondan fielmente a los hechos. Y por eso quizá venga bien un último comentario. Porque hace 9 días en ese mismo diario me atribuyeron unas declaraciones que no eran mías, sino de León de la Riva, y en ellas se defendía exactamente lo contrario de lo que yo mismo sostengo. “Creo que los vecinos de Fuente Berrocal -decía el anterior alcalde- todavía no son conscientes de que han comprado una vivienda en lo que se llama PAU (…), es decir, a mucha distancia del casco de la ciudad”, y que por ello no tienen derecho a estar conectados con una acera y un carril bici.
Mi opinión es radicalmente distinta. Nunca dije nada parecido, sino todo lo contrario. Llamé al periódico y les advertí del error. Pero no ha salido ni una humilde o brevísima “fe de erratas”. Pues bien: ¿qué palabra podría definir correctamente esta actitud, ese negar cualquier reconocimiento de un error? Pues no lo sé. Se me ocurren varias, pero… ¿cómo escoger la mejor?
Entiendo bien, por lo tanto, que al redactar el titular de hoy no haya resultado fácil elegir las palabras justas.