Hace algunas semanas un buen amigo (realmente bueno, está claro) me regaló un curiosísimo libro, titulado Manual de remedios literarios. Está escrito por Ella Berthoud y Susan Elderkin, editado por Siruela (en 2018), y es una maravilla. Se dedican, estas dos licenciadas en literatura por Cambridge, a prescribir lecturas para aliviar tanto el alma maltrecha (“las ganas de llorar”, “la obsesión por controlarlo todo”, “amor no correspondido”, “la sensación de no encajar”, etc.), como los males del cuerpo, igualmente dolorido (“los días de resaca”, “tener ochenta y tantos años”, “golpe en el dedo gordo del pie”, y otros más). Pues bien: una de las más de 300 entradas que contiene se dedica a los “lunes por la mañana”.
“Si solo de pensar en el lunes por la mañana te pones malo, si te despiertas con una horrible sensación de opresión en el pecho, anímate leyendo la primera página (…) de La señora Dalloway”, de Virginia Woolf. Ése es el consejo. Porque ahí encontramos una manera de afrontar el arranque de la semana, apoyados en la actitud de Clarissa, la protagonista, especialmente interesante. Sugieren cuatro cosas. La 1ª: Prever algo placentero, agradable para los sentidos, que habitualmente no harías. Como comprar flores, por ejemplo. La 2ª: “Recoger sonidos” que casi siempre pasan desapercibidos. El ”leve chirrido de goznes” al abrir las contraventanas, por ejemplo. La 3ª: Mientras esperas en el bordillo, al salir de casa, para cruzar, “agudiza la sensación de estar vivo, este lunes en particular”. Y lo subrayan, a lo bruto: “Toma conciencia de que un día todas esas personas que ahora van corriendo de acá para allá no serán más que huesos y polvo”. Y la 4ª: “Bájate del bordillo y echa a andar”.
Las autoras lo cuentan mucho mejor. Pero son esas cuatro cosas las que se recogen de esa primera página (bueno, en realidad, de las tres primeras páginas) del libro de Virginia Woolf. Y la verdad es que están muy bien. (Por favor, no olvidar la 4ª: es importante). Feliz lunes.
(Imagen: Notting Hill Gate, Londres, en los años 1920, cuando escribía Woolf. Procedente de rbkclocalstudies.wordpress.com/2013/02/07; “Return of the secret life of postcards”. Nota obvia: todas las personas que se ven en la foto ya fallecieron, hace tiempo).