Resulta curioso comprobar cómo de algunas personas públicas basta el nombre, sin apellidos, para identificarlas. Hubo unos años en los que, cuando se hablaba de “Felipe”, todo el mundo sabía que se aludía a Felipe González. Ahora creo que sucede algo parecido con Yolanda Díaz, que está pasando a ser simplemente Yolanda. Pues bien, la ministra publica hoy un texto del que me ha resultado interesante el conjunto de referencias que incluye para acompañar su posición. Y no me ha parecido necesario poner en el título el apellido, porque “Yolanda Díaz” ya es “Yolanda” (y si se acompaña de una foto, lo bordas).
El artículo, publicado en elDiario.es y titulado “Tomarnos en serio el sueño europeo”, se orienta a defender su propuesta de crear un “Mecanismo de Alerta de Desequilibrios Sociales” en Europa (SIP: Social Imbalance Procedure), dirigida a combatir las desigualdades y especialmente el riesgo de exclusión social. Un Mecanismo que sería un primer paso de un conjunto más amplio y ambicioso de medidas de largo alcance para el objetivo de construir una Europa de “Derechos Sociales”. Y para defender sus argumentos cita a un poeta (Antonio Orihuela) y una novelista (Belén Gopegui). Pero también a una politóloga y a cuatro economistas conocidos. Vayamos por orden, recogiendo de cada uno de ellos también alguna cita, para recordar sus tomas de postura.
De Antonio Orihuela (a quien canta, por cierto, El Niño de Elche) recordamos: “No está todo dicho. Está dicho lo de siempre”. De Belén Gopegui (a quien canta, por cierto, el grupo Milagros), esta larga cita: “Y está la vieja discusión sobre si pedir mejoras concretas aquí y ahora no puede ser insuficiente y reformista cuando hay tanto que cambiar. Pero me gusta mucho un concepto que el colectivo Contraeldiluvio saca de contexto, el concepto de salto organizativo. Dada la carestía de organización que hay hoy, creo que organizarse para las mejoras concretas puede producir esos saltos organizativos que conecten luchas diferentes, además de facilitar la vida de muchas personas exhaustas”.
De Wendy Brown traemos la referencia que incluye Yolanda: “La justicia social es el antídoto esencial contra las estratificaciones, las exclusiones, las abyecciones y las desigualdades” (En las ruinas del neoliberalismo, p. 54). David Card ha sido muy citado en los últimos días, al habérsele concedido el premio Nobel de este año por usar una metodología de «experimentos naturales», que “ha revolucionado los estudios existentes sobre el salario mínimo y la inmigración en el mercado de trabajo”. Mariana Mazzucato nos decía que estamos sin respuestas “a nuestros mayores problemas, como las epidemias, la desigualdad y la crisis ambiental”, por lo que “se impone la necesidad de repensar el papel de los estados en la economía y la sociedad, de orientar los presupuestos al largo plazo y de recuperar el sentido del interés público”.
Una cita escueta de Olivier Blanchard: “La UE debe abandonar las reglas fiscales”. Y otra mucho más amplia de Thomas Piketty: “Desde una perspectiva de largo plazo, la larga marcha hacia la igualdad y el socialismo participativo está bien encaminada. Nada impide técnicamente seguir avanzando por el camino ya abierto, a poco que todas y todos nos pongamos manos a la obra. La historia demuestra que la desigualdad es esencialmente ideológica y política, no económica o tecnológica. Esta visión optimista puede parecer paradójica en estos tiempos sombríos. Sin embargo, se corresponde con la realidad”.
Siempre son limitadas las referencias que pueden ponerse en juego al elaborar un texto. Y más complicado aún manifestarlas de forma explícita. Pero visto lo visto, creo que las comentadas más arriba parecen buenas compañías para el viaje a Bruselas.
(Imagen: procedente de lamoncloa.gob.es)