¿Realmente le costaba tanto trabajo a la Sra. Monasterio, candidata de Vox a la Comunidad de Madrid, rechazar claramente, sin más, las amenazas de muerte recibidas por Iglesias, Marlaska y Gámez? Parece que sí. ¿Por qué?
En el Pleno del Ayuntamiento de Valladolid del pasado 4 de marzo, el concejal de Valladolid Toma la Palabra Alberto Bustos dijo lo siguiente: “Nosotros sí condenamos la violencia, nosotros sí buscamos el diálogo y el respeto al diferente para construir ciudad y país”. Más adelante, por unanimidad, se adoptó el siguiente acuerdo: “El Ayuntamiento de Valladolid expresa su profundo rechazo y condena todas las agresiones, amenazas y coacciones perpetradas contra la convivencia democrática, así como su rechazo ante cualquier muestra de violencia, incluidos todos aquellos mensajes que alienten o incentiven el odio”.
Se condenaron “todas las amenazas”. Pero no. Al parecer Vox solo condena las que quiere creer. Las que le viene bien creer. No es necesario ni la actuación de la Policía ni la de los jueces. Se bastan ellos solos para establecer lo que es violencia y lo que no lo es. Lo que es una amenaza y lo que no. Lo que debe y lo que no debe tomarse en consideración. ¿Todas las amenazas? Parece ser que no todas.
(Imagen procedente de El País).