Blog de Manuel Saravia

La transparencia descorazonadora de Han

Una entrevista de hace algo más de un año con este autor parecía muy interesante. Pero el libro de Byung-Chul Han, titulado La sociedad de la transparencia (Herder, 2013), no me ha gustado. Es, sin ninguna duda, estimulante. Sobre todo por la extraordinaria contundencia con que dice lo que dice. También porque el argumento de fondo, la idea de que avanzamos en la entrega voluntaria hacia la autoexplotación por una lógica económica (capitalista) del mundo, y cómo la transparencia que se impone progresivamente contribuye a ese sistema de explotación, es luminoso. Pero no me gusta nada cómo llega a esa conclusión. Incorpora numerosísimas descripciones (que no tanto argumentos) dispersas y en algunos casos innecesarias, que acaban distrayendo. Mientras se desentiende de argumentar bien lo que defiende.

Sus planteamientos no tienen, según creo, la complejidad suficiente. La transparencia hacia la que parecemos movernos es mala, viene a decirnos. Sin matices y en todos los aspectos en que se quiera analizar. Y toda la transparencia lo es. Tanto cuando se refiere al énfasis en la exposición privada de nuestras vidas (por ejemplo, en Facebook, para entendernos), como cuando apunta a las exigencias políticas de transparencia de la acción pública. Y si la primera nos lleva a una “sociedad de control” panóptica y exhibicionista, la segunda “no deja espacio para la confianza” que necesita el poder. Y así ambas transparencias, la de la vida privada y la de la vida pública, acaban, según dice, destrozando la posibilidad de un “nosotros”. Una proposición tentadora, fácil de asumir. Pero, insisto, no solo fácil sino demasiado fácil. Le falta algo del “laberinto” propio de la realidad. No sé: quizá en una segunda lectura lo acabe viendo con mejores ojos.


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