Blog de Manuel Saravia

La imaginación al poder, ¿no?

Mucho se predica, poco se practica

1º. Suele escucharse, con mucha frecuencia, este diagnóstico: lo que hace falta es más imaginación. También se habla insistentemente de la importancia de la creatividad, y desde luego del énfasis que hay que poner en la innovación (que ahora se considera una componente económica de primer orden). 2º. Cuando un profesor de nuevas tecnologías las explica en una pizarra con una tiza, mal vamos: o no las conoce muy bien o no tiene tan claro su valor. Pues bien; el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valladolid ha creado una Agencia de Innovación y Desarrollo: ¿dónde lo hemos oído antes?

En efecto. Escrito así, en castellano, lo escribes en google y en sólo 0,17 segundos el buscador te ofrece 5.160.000 resultados: cuantísima imaginación, cuantísima innovación. Sí: puede decirse, con poco margen de error, que no hay ayuntamiento, región, estado, administración grande o pequeña, alta o baja, popular o elitista, del este y del oeste, que no haya planteado alguna “agencia de innovación”. Con lo que, por de pronto, no resultan demasiado innovadores. Se nos dirá que si el de Valladolid no lo es, los demás tampoco demuestran mucha imaginación; pero lo cierto es que ése es el peor consuelo que podemos tener, si de lo que tratamos es de ofrecer innovación, creatividad, imaginación.

Mas no nos quedemos sólo con este caso vallisoletano. Lo encontramos todos los días, en todos los sitios. Ahora mismo acabamos de leer al exministro de Trabajo Manuel Pimentel decir que España necesita “producir más y mejor», abrirse al mundo y “ser más imaginativa». Lo dicho: cuantísima imaginación por todas partes.

(Foto: la Agencia, el día de su inauguración. Foto: Ical, publicada en El Norte de Castilla).


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