(Texto preparado para la celebración del Día de Europa en la Plaza de Santa Cruz)
Muchas gracias por la invitación al Ayuntamiento de Valladolid a esta celebración del Día de Europa, organizada por la Universidad. Una celebración que la Universidad siempre tiene presente y a la que, con su Instituto de Estudios Europeos, da el realce que merece.
Un día en el que parece procedente hacer fotografías. Siempre hay fotos en las celebraciones. Es verdad que hay fotografías en las que se sale favorecido. En otras muy desfigurado, hasta resultar casi irreconocible. Pero en todas ellas quedan unos rasgos característicos, imposibles de eludir, que son precisamente los que te definen. ¿Cuál es la fotografía de Europa, hoy, en su celebración?
Creo que, con la edad, ya no es tan borrosa ni tan oscura como en muchos momentos parecía. Aún se ve lejana muchas veces, donde es difícil distinguir el desconsuelo o las esperanzas de los retratados que quedan al fondo. Aún conserva espacios de color sepia, propios de otras épocas. Pero parece, o al menos así lo veo, que va cobrando luz y color en algunos encuadres.
Por de pronto, puede verse en primer plano el dolor compartido tras el año y pico de pandemia. Y que hoy la UE esté vacunándose al unísono es la prueba de que no ha sido tan indiferente o desdeñosa como en otras crisis. Con todos los errores que haya habido, creo que se puede estar razonablemente satisfecho de cómo se ha respondido en esta ocasión. Pues también se han puesto en marcha los fondos de recuperación: el proyecto de mayor envergadura y potencial transformador en décadas, por muchas incógnitas que aun queden por despejar.
Por otra parte, la idea de austeridad no ha desaparecido (aunque algunos excesivamente optimistas lo hayan proclamado con entusiasmo). Tampoco se ha consolidado firmemente un espíritu de solidaridad en los círculos del poder europeo. Pero la troika como grupo de decisión parece, hoy por hoy, muy debilitada. Y por primera vez tenemos a la UE suspendiendo el Pacto de Estabilidad y endeudándose como nunca.
Los derechos forman parte de las políticas más decididas. Por ejemplo, al medio ambiente, con el anuncio de propósitos y compromisos ciertos de reducción de emisiones. O el derecho a la igualdad. En la reciente cumbre de Oporto los países europeos se han comprometido a «cerrar la brecha salarial de género». También se han reiterado objetivos como la lucha contra la pobreza infantil o el riesgo de exclusión de colectivos vulnerables. Y los últimos documentos aprobados sobre vivienda también recogen muchas de las reclamaciones que deben atenderse. Si bien sigue sin resolver la crisis de los refugiados. Una inmensa falta de solidaridad con los que llegan que desgarra a Europa. No vale hacer como que el problema no existe, cuando se multiplican las muertes de migrantes en el Mediterráneo.
Aún sin digerir el Brexit, y cuando los desequilibrios mundiales empeoran, la falta de liderazgo político, la incapacidad para tomar decisiones como actor político, la creciente pérdida de protagonismo en la esfera internacional, Europa insiste en la soberanía. Y más en un momento en que algunos equilibrios internos, complejos e inciertos, se agravan. Pues sobre todo lo anterior, la foto de Europa puede ir hacia el negro con las amenazas muy reales a la democracia que se observan en algunos de los países miembro.
Son enormes las dificultades para avanzar en el desarrollo de Europa como democracia supranacional. Y más aún cuando algunos países alertan de que la ultraderecha es ya la principal amenaza a su seguridad. Es verdad que se dice que Europa es un éxito. Es cierto que, por ejemplo, nunca se ha vivido una etapa tan larga de seguridad sin riesgo de guerras. Pero no podemos desestimar las alertas.
Con todo, se dice también que la UE se crece en las crisis. Y en 2020 Europa ha dado algunos pasos, como hemos dicho, muy importantes, proporcionales a la magnitud de la catástrofe. Eso está muy bien.
Como también que en este contexto, la Comisión Europea haya retomado la idea, que se aplazó hace un año, de una Conferencia sobre el Futuro de Europa que dé voz a la población del continente. Un proyecto que se inicia precisamente hoy.
Quizá sea ingenuo, quizá finalmente no tenga mucho valor. Pero también es posible que ese ejercicio permita acercar un poco más a la población hacia esas instituciones que siempre se han visto tan lejanas, y que casi siempre se han comportado con distancia y frialdad. Quizá este ejercicio, esta Conferencia, nos permita ver un horizonte algo más claro en la foto de la Europa de hoy. Y por lo tanto, para dibujarlo, invito a la participación.
Somos conscientes de que las ciudades tenemos que cobrar un mayor protagonismo en el futuro de Europa. Y de ahí que el Ayuntamiento de Valladolid, a través de su recién creado Portal de Participación, quiera contribuir a extender e impulsar esta consulta.
Cuando se pregunta qué hacía las veces de la fotografía antes de la invención de la cámara fotográfica suele contestarse: el grabado, el dibujo, la pintura. Otros prefieren decir: la memoria. Que hacía en el interior lo que hacen las fotografías fuera, en el exterior. Pero yo prefiero decir: la esperanza. Que la fotografía de la Europa de hoy sea la esperanza de la Europa de mañana.
(Imagen procedente de wikipedia).