(Actualización del hilo 19). En el Pleno sobre el estado de la ciudad, celebrado el pasado martes 14 de junio, María Sánchez anunció la conclusión del Plan Director de las Catalinas, elaborado por los técnicos municipales, que iniciaba su tramitación en ese mismo día. Como quiera que se ha planteado su tramitación como si se tratase de un plan especial (hemos pensado que es la fórmula más apropiada), en estos días se está remitiendo a las distintas administraciones que deben emitir informe, para pasar a su posible aprobación inicial en Junta de Gobierno de la próxima semana.
En el Plan se contempla una propuesta de usos que, “sin perjuicio de las autorizaciones de intervención que deberán resolverse en cada caso (para cada nueva intervención), permita hacer del recinto un elemento nuevamente vivo”. Se pretende establecer un centro integrado que se organice de un modo semejante al de los centros planteados en Valladolid desde el PGOU del 1998, en los que el conjunto de dotaciones necesarias para cada zona se distribuye en torno a una actividad principal, dominante. Algunos están ya ejecutados: Mercado Central, Matadero, o el formado en torno a José Mosquera; y otros dos aún pendientes de ejecutar, en Villa de Prado y los Viveros.
Se ha contado, por tanto, desde un principio, con que la parcela debería tener una actividad principal, que fuese la más clara para poner en valor el carácter originario del edificio. Y en este sentido se ha pensado que en la instalación de un centro cultural del vino que estuviese bien imbricado en todos los espacios más característicos del convento original y su recinto. Evidentemente los espacios en torno a la iglesia y el claustro se prevén destinar a las actividades culturales, pero con autonomía para acoger también otros eventos ciudadanos (no solo de la cultura del vino). Otros edificios, como el de las celdas de las monjas, que no dejan de ser anexos del convento original, se plantean también con usos vinculados a las actividades del claustro, como espacio hotelero y anexos. Y el huerto exterior próximo, también se prevé con usos agrícolas, que se relacionan con la vid.
Completando el espacio de la parcela, el Ayuntamiento se propone también otra serie de usos que habrán de formar parte del edificio actual y de las ampliaciones antes anunciadas. De acuerdo con las necesidades ciudadanas, la implantación de otra serie de usos. Por un lado, en la parte sur, la ampliación del Archivo Municipal que se encuentra casi colindante. Se aprovecha así una oportunidad que permite atender a sus necesidades de ampliación. Y en la parte norte, un espacio cívico deportivo que incluya dos núcleos de actividad. Por un lado, un centro dotacional cívico-social que compagine las actividades propias de los centros cívicos, habituales en otros lugares de la ciudad, con un ámbito específico para centro de día de personas mayores. El programa incluiría espacios de aulas talleres y espacios estanciales (para reunión y actividades lúdicas, actividades de formación, distintos cursos, etc.). Y una serie de salas de asistencia.
Por su parte, el espacio deportivo propiamente dicho contará con gimnasio, piscina cubierta y solárium. Este uso es el que evidentemente requiere un edificio especializado. Y, completando la distribución del espacio, en tercer lugar (además de los usos culturales y los dotacionales de archivo y cívico-deportivo), el espacio crítico del huerto. Y se dice crítico porque sería el que articulase y articulase todos los demás. Un huerto que en este caso se implantaría con carácter didáctico. Por un lado, ya comentado, el espacio dedicado a las viñas. Otro a huerto tradicional. Y todo ello se completaría con espacios de aromáticas y arbustos autóctonos. De forma más detallada:
Centro de cultura del vino. La puesta en valor del propio contenedor del equipamiento -el convento- y la protección de sus valores patrimoniales reforzando la importancia histórica de las congregaciones religiosas en la ciudad, así como su repercusión en la configuración urbana, en la cultura y en la economía de Valladolid, será uno de los objetivos principales de la propuesta del nuevo centro para la cultura del vino. Gira en torno a los dos vacíos principales, el Patio de la Magdalena y el jardín del claustro, que articularán las áreas programáticas en que se organiza el conjunto. Además, cobran gran importancia los espacios exteriores a los que se hace partícipes del programa creando una secuencia de espacios ajardinados que permiten un agradable paseo entre vides y plantas aromáticas con el escenario patrimonial de fondo.
El programa de necesidades desarrollado divide el Centro Cultural del Vino en siete grandes áreas que convertirán el “Espacio Valladolid, con V de Vino” en un centro de referencia en el sector posicionando así la ciudad como una de las regiones vitivinícolas más interesantes del país. Espacio de acogida, información y orientación enoturística. La galería que da al Patio de la Magdalena servirá de distribuidor para dirigirnos a la zona del claustro o al ala de las antiguas novicias que ahora se convierte en un Vinhotel Boutique. A partir de esta primera área de acogida, desarrollado en planta baja, nos podremos distribuir al resto de zonas de las que dispondrá el centro a través del núcleo de comunicaciones principal. Espacio de presentación e interpretación sobre la cultura del vino en Valladolid (propuesta museográfica interactiva y sensitiva). Espacio de degustación y venta de productos: será uno de los espacios más atractivos del equipamiento y consistirá en un modelo singular en el que se fusionará la difusión, la degustación y la venta de productos. Este programa se desarrollará en planta baja en el espacio del Refectorio donde nos encontraremos espacios de venta y degustación y presentación del producto.
Además se dispondrá de una enoteca ubicada en la planta baja del cuerpo que corresponde a la antigua enfermería. Esta área podrá tener acceso a través del jardín ampelográfico al que a su vez se accede por la calle San Quirce en la tapia que rodea todo el conjunto. Centro de innovación y formación: se pretende crear un centro dedicado a fomentar la innovación y la formación en torno a tres temáticas relacionadas con el vino: la vitivinicultura, la gastronomía y el enoturismo. El área de formación se situará en las plantas primera y segunda rodeando la zona de interpretación del claustro y estará formado por las siguientes estancias que se organizarán por alas del edificio: aulas de formación, aulas de catas, aulas taller, una sala Polivalente y una Mediateca. Además, las áreas de administración y gestión del centro.
El equipamiento dispondrá de diversos espacios al aire libre que desempeñarán distintas funciones siempre acompañados de un tratamiento vegetal. El proyecto rescata el uso del antiguo huerto del convento con la creación de un viñedo que incluirá vides de las variedades autorizadas en las distintas DO de la provincia y de las IGP de Vinos de la Tierra de Castilla y León . Se podrá acceder a él desde la calle San Quirce, lo que permitirá también establecer una entrada privada al hotel Boutique. También se creará un jardín aromático, formado principalmente por plantas aromáticas y medicinales, habituales en los jardines de los conventos. Este jardín de forma triangular se vinculará al espacio de degustación y venta y servirá como acceso exterior a estas estancias. El claustro del convento se adecuará con su jardín central, en el que se combinará la vegetación ornamental con otras especies de uso más práctico, como aromáticas e incluso algunas verduras y hortalizas, tal como se ha documentado en los jardines de muchos claustros. Se convertirá en un espacio de silencio, paseo y reposo al que volcará el espacio de presentación e interpretación sobre la cultura del vino de Valladolid. El patio original anexo al convento que daba paso al huerto, el Patio de la Magdalena, se convierte en un espacio exterior para la celebración de eventos relacionado con las actividades del centro, convirtiéndose en un auditorio al aire libre.
El espacio cívico deportivo se plantea como una implantación compleja que tiene una parte de rehabilitación (apoyándose en el corredor norte del patio de la Magdalena y dependencias de la zona norte, incluyendo la casa de capellán) y otra de ampliación (respetando en todo momento la escala del convento y la continuidad de los espacios libres del recinto). Con sendos accesos propios desde las calles San Quirce y Sto. Domingo. El centro cívico social cuenta con los elementos básicos. Por un lado el espacio cívico social. Con una superficie útil aproximada de 1.800 m². El programa de usos incluye: Un área de servicios generales, de unos 100 m² de superficie útil (aparte de los aseos y cuartos de limpieza); un área de espacios comunes (con despachos de equipos técnicos y de atención directa; y salas de reuniones); un área con dos unidades de convivencia (cada una de ellas para una ocupación de 16 personas y superficie mínima 100 m²); y un área de atención social y a la vez para actividades ciudadanas (programa propio de un centro cívico), con unos 8 aulas-talleres de 50 m² cada uno, dos salas de usos múltiples (una de ellas con espejos); y una sala de convivencia (con cafetería). Aparte de espacios de almacenes e instalaciones, y previsión de espacio de estacionamiento de 2 vehículos de transporte público adaptado. Hay que insistir en que los talleres serían para uso de todo el público. Y que podría haber una simbiosis de las aulas talleres que permitiese su uso por actividades del museo del vino. Y de forma similar, el auditorio vinculado al museo serviría también para uso del centro cívico.
El centro deportivo piscina se proyecta con capacidad para albergar una piscina municipal (con un vaso de 25 metros de longitud y 8 calles de anchura; y un gimnasio, con el programa habitual de gimnasio, almacén, administración, etc. Se propone adosado a la tapia de san Quirce, con un sótano comunicado con el espacio exterior y un solárium, con vegetación, en cubierta. También este espacio cuenta y aporta sus espacios libres, tanto en planta baja (garantizando su continuidad con los del resto del recinto a través de un pasaje) como en cubierta (solarium de la piscina y terrazas ajardinadas del resto de nuevas edificaciones.
Por último, hablemos del plan de gestión. La parcela se concibe como un centro integrado que tendrá una gestión en la que intervienen distintas áreas (cada una con cierta autonomía, como ocurre en otros centros integrados (ejemplos claros: el del este, o el de Mosquera). Contando con que hay elementos comunes que se comparten y que hay que tener en cuenta en la gestión (control de accesos, seguridad, posibles instalaciones comunes -climatización, etc.). En principio parece razonable pensar en tres proyectos diferentes: el del museo del vino, el del archivo y el del espacio dotacional-deportivo. Es competencia de cada proyecto plantear la posible articulación de elementos comunes, las instalaciones; definiendo los que son elementos especializados de cada uso y los que pueden ser del conjunto.
La gestión futura de los edificios estaría en consonancia con este planteamiento. Parece obvio que el museo tendrá su propia dinámica, dependiente del área de cultura. El archivo gestionaría su espacio. Y el espacio dotacional deportivo se plantea como una gestión compartida de las áreas de participación ciudadana, acción social y deportes. La ventaja es que todos estos organismos forman parte del Ayuntamiento de Valladolid, son municipales.
No hay que reiterar lo que se ha realizado hasta el momento. Lo que debe plantearse ahora es: La tramitación del plan director (como plan especial). Y la redacción de los tres proyectos (con su paso por Patrimonio, al tratarse de un BIC). A partir de ahí, actuar en función de los sucesivos presupuestos municipales (al margen de las posibles subvenciones). Como dato orientativo se adelantan unas cifras correspondientes a cada uno de los proyectos. (los presupuestos incluyen tanto la parte de edificación como el tratamiento de los espacios libres). 1. Centro de la Cultura del Vino: ocupa una superficie en planta baja de unos 3.450 metros cuadrados edificados, dejando 2.670 m2 de espacios libres exteriores. Se prevé un coste aproximado de 14 millones de euros (de ejecución material). 2. Centro cívico y deportivo: la superficie ocupada en planta baja es 1.530 m2 edificados más 1.732 m2 de espacios libres. La superficie edificable total suma los 5.120 m2. Aparte se contará con una superficie libre exterior en cubierta de 1.380 m2. Se estima un presupuesto de ejecución material de 7 millones de euros. 3. Ampliación del espacio de Archivo: ocupa una superficie en planta baja de 260 m2 con unos 700 m2 de superficie edificable y 230 m2 de espacio libre. Se prevé un coste próximo al millón y medio de euros. Este plan de gestión no constituye un compromiso de gasto, simplemente una previsión de costes y prioridades, de carácter preliminar, que deberán de ser concretados con detalle en cada uno de los planes y proyectos correspondientes.
(Todas las imágenes proceden del documento del Plan Director).
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