(Hilo 19). Hoy se ha presentado el Informe Técnico de la Intervención arqueológica vinculada a las obras de consolidación de la edificación destinada a Celdas del Convento de Santa Catalina de Siena de Valladolid. Un trabajo dirigido por Javier Quintana y María Negredo, que se ha venido desarrollando desde el 14 de marzo hasta hoy. Creo que es un gran trabajo. Al presentar sus conclusiones advierten, naturalmente, que tienen un valor provisional, pues deberán completarse con la investigación completa de todo el monasterio en las sucesivas fases de intervención. Pero, con todo, podemos revisar algunos resultados interesantísimos. Por ejemplo, los obtenidos tras el análisis de las excavaciones y de la “arqueología de la arquitectura”.
Quizá lo más llamativo sea que “de las dos hipótesis que gravitaban sobre la cronología de construcción de los edificios, la que mantenía que son obras de avanzado el siglo XVIII y la que defendía que son edificios prexistentes al convento, heredados por este, en concreto de la tintorería que ya estaba en pie en 1463, la lectura de paramentos apuntala la segunda de ellas. La tipología de materiales y aparejo de ambos edificios (ladrillo macizo castellano, aparejado a soga o alternando soga con tizón, arcos adintelados a sardinel, etc.), así como su planta, en distinto eje al del resto del convento, cuadran con esa cronología bajomedieval. Por otra parte, el nivel arqueológico del exterior más antiguo apoyado sobre esos edificios indica que tienen que ser del siglo XVI o anteriores, no posteriores. Esta cronología del siglo XV convierte a estos dos edificios en los más antiguos del convento y unos de los escasos ejemplos de arquitectura del siglo XV de Valladolid».
El resto de las consideraciones realizadas tras el estudio (sobre la edad del edificio de la enfermería, la cronología del arco de sillería cegado en la fachada norte del edificio de las celdas, la conexión con el claustro, la datación de las transformaciones posteriores, etc.) completan un cuadro sorprendente, magníficamente fundamentado. Pero también son interesantes, como consecuencia de estas investigaciones, las recomendaciones finales: “De cara a las futuras actuaciones arqueológicas en el convento, reiterar la necesidad de realizar un completo estudio de paramentos y de excavaciones para documentar la evolución completa de este edificio y del solar donde se ubica, que este trabajo solo ha documentado de forma parcial. También nos permitimos sugerir que dado que los dos edificios examinados son los más antiguos del conjunto conventual y uno de los escasos ejemplos de arquitectura del XV, el único además que conocemos en pie con función artesanal, se valore la manera de transmitir esa singularidad en el proyecto de restauración definitivo y que los nuevos usos proyectados respeten las evidencias conservadas en las fachadas y las que pudieran conservarse en el subsuelo”.
Con los trabajos en marcha, la recuperación del monumento continúa.
(Imagen: Plano 5 de la Intervención Arqueológica).