Hoy se ha celebrado, por adelantado, el Día de la Constitución en el Ayuntamiento de Valladolid. Y se ha hecho como se quiere en los últimos años: dando palabra y protagonismo a niños y niñas de varios colegios de la ciudad. Escogiendo un par de artículos, que se repasan con cierto detalle. Hoy han sido los artículos 11 y 13, que se refieren a la nacionalidad, a la inmigración, al asilo.
Pero hace solo cuatro días se celebró, en el mismo Salón de Plenos, otro encuentro con escolares de Valladolid. Esta vez para aprobar, en el Consejo Municipal de la Infancia, nueve proyectos de los primeros “Presupuestos Participativos de la Infancia” que se han puesto en marcha en nuestra ciudad. Con un coste total de 300.000 euros. Haciendo valer, por tanto, de la mejor manera, el artículo 23 de esa Constitución a punto de conmemorar su 44 aniversario.
Es interesante recordar a qué se refieren tales proyectos. Y dónde se sitúan. Algunos, en el propio colegio o en sus proximidades: arreglar los baños del edificio de Primaria o crear rutas ciclistas o disponer aparcamientos de bicis y patinetes junto al colegio, por ejemplo. Pero otros son de barrio. Un recinto de calistenia en Andarríos, un espacio de reunión de jóvenes (con la posibilidad de karaokes y parkour), aseos públicos cerca de los parques, y sobre todo fuentes (varias sugerencias).
Veamos cómo se describe una de estas propuestas de caños para beber: “Instalación de una fuente que esté a la sombra de árboles y con algún banco cercano, para que tanto niños, jóvenes y adultos puedan hidratarse. Con sombras que favorezcan un lugar de recuperación de la hidratación y el descanso”. Alguna colaboración de sus profesores habrán tenido, con seguridad, los niños y las niñas del CEIP que lo ha propuesto. Pero les ha quedado genial.
Lo cierto es que los estudios y proyectos en que se habla de infancia y ciudad, desde hace unas pocas décadas, son siempre enormemente atractivos. “Un castillo que han hecho ellos mismos con cartones, piedras y ramas viejas vale por mil castillos perfectamente acabados”. Pueden verse, por ejemplo, los trabajos de Lady Allen. O cuando se habla de la necesidad “de juego imaginativo y aventurero”. De una ciudad, para empezar, “en la que los niños puedan nuevamente salir solos de casa” (Tonucci).
Las dos actuaciones de esta semana no son mucho, ciertamente. Un día, los presupuestos. Otro, la Constitución. Porque pensar en ciudad e infancia nos debería llevar, en último término, a adquirir “una visión nueva, una filosofía nueva de la evaluación, programación, proyecto y modificación de la ciudad” (nuevamente Tonucci). Y visto así, como digo, las iniciativas comentadas no suponen mucho, desde luego. Pero no son poco. Y van en la buena dirección. Sobre la que hay que insistir.
(Imagen: procedente de lasallesantander.es).