En muchas ciudades existe un buen número de “espacios privados de uso público” que son, obviamente, de propiedad privada, pero que se abren al acceso libre de toda la población, como zonas de paso o de estancia. Como quiera que la obligación de mantenerlos en buen uso es de la propiedad, no son tan extraños los conflictos con el Ayuntamiento, cuando ese mismo uso público puede ser causa de deterioro. Si bien por lo general se trata de situaciones conocidas hace tiempo, probablemente desde el origen de la urbanización de que se trate. Pues suelen provenir, como digo, de una regulación urbanística (planes, estudios de detalle, proyectos de urbanización o incluso de edificación), aunque en ocasiones deriva simplemente de la realidad consuetudinaria de una utilización general y pacífica desde hace tiempo.
La casuística es muy variada. Enormemente variada. Afecta en muchos casos a espacios porticados, pero también a plazas o espacios de alguna urbanización o grupo de edificios. He visto noticias sobre este tipo de situaciones en periódicos de Oviedo, Palencia o Burgos; de Palma de Mallorca, Murcia, Pontevedra, Plasencia o Elche. Pero sobre todo del País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón y Cataluña. En Valladolid he podido contabilizar más de 50 espacios de este tipo (y me quedo corto). Plazas interiores en Alonso Pesquera o Cáritas. Plaza de León Felipe. O entre Mateo Seoane y José Garrote (Parquesol). Entre Vicente Aleixandre y Pío Baroja (Covaresa). Entre Cantabria y Serena. En la esquina de S. Isidro/Juan Carlos I. Cauce/12 de octubre. Zonas porticadas, como las de la Plaza de Encuentro de los Pueblos. Calles privadas en Alpujarras, Urraca, Esquila, Morena. Interiores de manzana (como en Dos de Mayo y Gral. Ruiz, y muchas más). Pasos peatonales, en Verbena/Renedo, Pasaje Reja, en Polígono de Argales, Juan Bravo, en Polígono de San Cristóbal, en El Peral, en Covaresa, en Santos Pilarica, en Campo de Tiro, junto a la plaza Circular, junto a Cristo Rey. Jardines o zonas verdes, en Arturo Eyríes. Otros, más peculiares: los bordes del Canal del Duero o la Acequia de Valladolid. En zonas monumentales como el claustro de las Francesas, acceso a la Universidad, cipreses de la Catedral, lateral de la Magdalena. Accesos a garajes, pequeñas zonas verdes, accesos a equipamientos (iglesia Nueva Alianza), salidas peatonales de fondos de saco rodados, etc. También hay muchos espacios de borde de parcela, de su perímetro. Insisto: la casuística es enorme.
Ante un conjunto de casos tan heterogéneo, las soluciones que se han planteado en distintos lugares también son muy variadas. Por de pronto, en el nuevo PGOU de Valladolid se ha intentado reducir al mínimo este tipo de situaciones (los famosos “–.-c” del plan anterior). Podrían comentarse muchos ejemplos de correcciones de la calificación. Pero en cualquier caso ha de considerarse y actuarse parcela a parcela. Teniendo en cuenta aspectos sociales, o si el espacio está vinculado a negocios (es lucrativo), la presión del uso, las razones de su calificación, etc. Caso a caso. Es muy difícil generalizar en esta materia.
(Imagen: la plaza León Felipe: PL-Elpu (privado). Procedente de Google Earth).
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