Es uno de los servicios clásicos de cualquier ayuntamiento. Se encarga de la elaboración (o al menos, del control) del planeamiento urbanístico, y del desarrollo de la gestión que se precisa para llevar a cabo las políticas urbanísticas. En consecuencia le corresponden funciones de tramitación y gestión de los planes, de los sistemas, de las redes; y la elaboración de informes y propuestas de todo tipo en materia de urbanismo. La organización que se ha planteado en Valladolid es muy sencilla. Una sección de planeamiento, otra de gestión. Para llevar de la mejor forma la política de suelo, el planeamiento de desarrollo, la gestión pública del planeamiento. Es un servicio crítico, que creo que funciona bien.
No cuenta con mucho personal. Las jubilaciones que no se han podido reponer han dejado muy mermada la nómina. Pero es que además se han ido en los últimos años un buen número de técnicos que conocían perfectamente los temas, la historia y la técnica. Muy difícil de sustituir. Y por si fuera poco, todos los meses de teletrabajo parcial (aún vigente) reduce aún más el desempeño del trabajo. Porque, digámoslo pronto: el teletrabajo, en este tipo de servicios que requieren fuerte interacción, es un problema. Pero es que además las mayores exigencias de tramitación, de todo tipo, agravan la escena.
En todo caso, lo que ha resultado mucho más complicado en los últimos dos años ha sido la gestión de los asuntos relacionados con el patrimonio. Porque en la definición de las competencias de cada área se diferenció las responsabilidades sobre el patrimonio municipal, genérico, ordinario, y el patrimonio municipal de suelo. Lo que acabó siendo muy problemático para el buen funcionamiento del sistema. De hecho, para llevar a cabo algunas operaciones había que mover el expediente en múltiples ocasiones, con informes intermedios y numerosas remisiones, que acababan dilatando enormemente los trámites.
Además, Patrimonio era un departamento “ad intra”. Es decir, que fundamentalmente (aunque no solo) estaba orientado hacia dentro. Que se dirigía casi exclusivamente a la organización interna de la entidad. Y sin embargo en este mandato la dimensión “ad extra”, derivada fundamentalmente del programa “Constelación” (aunque no solo, insisto: ha habido varios expedientes más con esa condición), dirigido hacia fuera, produciendo “efectos en terceros ajenos a la entidad” municipal, ha adquirido mucha mayor relevancia (una circunstancia advertida certeramente por Javier Llorente, director del Servicio).
En consecuencia, se ha decidido unificar las competencias de patrimonio, que se concentrarán en la Concejalía de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, incorporando el personal y la estructura del departamento. El Decreto de Alcaldía (expdte. 148/2021. Modificación Decreto Delegaciones Alcaldía), firmado ayer mismo, que determina la agrupación de todas las competencias, servirá para mejorar, con seguridad, el funcionamiento del Servicio de Planeamiento y Gestión. Y superar con ello las dificultades detectadas. Queda, para los próximos meses, el objetivo de asentar la nueva estructura. Sin dejar de mirar, como siempre, a las referencias exteriores (aunque sean de otra dimensión inabarcable).
(Imagen del encabezamiento: procedente de www.dihuris.es/2017)