Blog de Manuel Saravia

Defensa del PGOU

(Hilo 38)

La revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valladolid, aprobado definitivamente en 2020, permite a la ciudad contar con un documento actualizado, completo y redactado conforme a los criterios aprobados por el Pleno municipal. Ofrece, por tanto, un marco razonable para la actividad urbanística de los próximos años. Puede decirse que todo el mundo está de acuerdo en la conveniencia de tener un plan actualizado, al día, pero el trabajo que implica es ímprobo (la media de la elaboración de un PGOU es de 9 años) y las dificultades grandes, de todo tipo. Lo cierto es que de las capitales de Castilla y León solo lo tiene muy actualizado Valladolid (de 2020). Burgos lo aprobó en 2014. Y las demás cuentan con documentos de más de 10 años.

Creo que se ha hecho un muy buen trabajo (que en este artículo se valora de forma más extensa). Pero con la aprobación definitiva no concluye la tarea, ya que a partir de ese momento se pone en marcha la contestación a los recursos presentados. Que en el caso de Valladolid han sido 24 (una cifra que puede considerarse normal. En Zamora, por ejemplo, se presentaron 19. Y en Segovia 24), de los que 3 ya se han archivado y de uno se ha desistido.

Dos de los recursos rechazan el PGOU por completo, y piden declarar la nulidad del documento completo, mientras que los demás se centran cada uno de ellos únicamente en la parcela o sector que les afecta. En 23 de los 24 se reclaman mejores condiciones urbanísticas (fundamentalmente más edificabilidad). Las razones que se dan aluden fundamentalmente a supuestos defectos de tramitación, insuficientes estudios o justificaciones, excesivas cargas, cálculos incorrectos o agravios comparativos. Son los temas habituales. Pero las contestaciones a los recursos hay que trabajarlas y son también muy costosas (en trabajo y tiempo).

Por otro lado, ya se han aprobado las dos primeras modificaciones puntuales. Una, por imperativo judicial, ya que se trata de cambiar el grado de catalogación de la parcela de Zúñiga 12, pasando de P3 a P4, para cumplir la Sentencia de 11 de marzo de 2021 de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJ de Castilla y León (recurso 1307/2019), que contradecía lo que impuso Patrimonio (ver abajo, a la derecha, el plano de ordenación de la zona). Otra, más reciente, se hace a propuesta de la propiedad del sector S.APP.05-Canterac, que plantea pasar del uso residencial al industrial y terciario, a la vista de las dificultades para mantener el primero junto a la ronda, por los niveles de ruido existente. (Actualmente se encuentra en información pública del Avance; un plano, abajo a la izquierda).

Como se decía en la presentación del propio plan general, el mismo no puede entenderse como un proyecto completo y permanente de la ciudad futura al completo; sino como un marco de referencia sobre el que se ha trabajado cuando se ha redactado, pero que requiere el contacto permanente con una realidad cambiante. En su desarrollo irán apareciendo nuevas realidades y nuevas oportunidades. Y el ahí es donde se ve bien para qué sirve el PGOU. Pues permite, precisamente, evaluar y, en su caso, encajar esas nuevas propuestas de forma prudente, coherente y procedente. De manera que tanto la respuesta y seguimiento de los recursos contenciosos presentados como la evaluación de las posibles modificaciones deben inscribirse en esa voluntad de defensa del PGOU a que se alude en el título del post. Defensa, por tanto, de su lógica, de su racionalidad.

Una sensatez que se ofrece (mejor o peor) en todos los planes urbanísticos. De hecho es su razón de ser. En los últimos tiempos ha hecho fortuna la fórmula de “la ciudad de los 15 minutos”, que en el contexto de la Covid19 se presentó como contribución a la recuperación sanitaria y económica de las ciudades. Sin embargo se trata de una pauta aplicada en la práctica urbanística desde hace décadas, y que en el PGOU de Valladolid también se dispone extensamente. Pero, ya digo, ha tenido éxito su recuperación. “Todo lo que necesitas está a tan solo unos minutos de distancia caminando o en bicicleta”, se dice en París.

Pero también se vende esta idea al otro lado del planeta. En el Plan de Melbourne se proponen andar un poco más (que no se plantea para 8 ó 12 años, como en España, sino para más de 30; ver abajo un plano general, la portada y una imagen de la estación ferroviaria… en superficie: tampoco allí soterran). “El vecindario de 20 minutos tiene que ver con vivir localmente, lo que brinda a las personas la posibilidad de satisfacer la mayoría de sus necesidades diarias a 20 minutos a pie de casa, con opciones seguras de transporte local y bicicleta”. Eso sí: reclaman la autoría (lo propusieron, dicen, en 2018, y no en 2020, como en París). De manera que nosotros reclamamos aquí también, en nuestro PGOU 2020, y para no ser menos, “la ciudad de los 14 minutos y medio”.

(Imagen del encabezamiento: El plano de la “trecena”, del PGOU Valladolid 2020. Puede verse el documento completo del PGOU en la web municipal).

 


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