Blog de Manuel Saravia

Nadar contra corriente

Siempre me ha llamado la atención la gran homogeneidad de los discursos sobre la movilidad. Algunas ciudades que dedican el mayor esfuerzo en construir vías rodadas, incluso de varias plantas (México, por ejemplo), no se cortan en decir que lo que hay que hacer es fomentar la movilidad ciclista. Porque hay una tesis (discurso, argumentario, como queramos) de la que nadie quiere separarse. Prioridad máxima a peatones y ciclistas e impulso del transporte público. Y fomentaremos el vehículo eléctrico. ¿Alguien se separa de este guión?

Coincidencias de discurso, aunque no de alcance ni de ritmo

Y no solo sucede con la movilidad. La revista de la FEMP Carta Local acaba de publicar (nº 337, julio-agosto de 2020) una serie de entrevistas (con las mismas preguntas, por escrito) a 12 alcaldes de otras tantas ciudades españolas bajo este título general: “Cómo deberían ser las ciudades post-Covid”. Son alcaldesas y alcaldes de muy distintos partidos, que en su gran mayoría gobiernan con el apoyo de otras formaciones (3 del PSOE, 3 del PP, Barcelona en Comú, Compromís, PNV, Junts, C´s e IU-Equo-MMadrid). Por supuesto, las respuestas son lo que son, no más. Contestaciones a un cuestionario, que no sustituyen al conjunto de planes, proyectos, expedientes o actuaciones municipales sobre los distintos asuntos que se plantean. Pero dicho esto, no deja de tener interés verlas conjuntamente.

Porque, como decía, llama la atención las grandes similitudes de los discursos. Por ejemplo, insisto, en el de la movilidad. El papel del vehículo privado debe reducirse notablemente: todos lo dicen, todos piden que el automóvil pierda protagonismo en la movilidad urbana. Hay que apoyar al transporte público (incluso con financiación del estado: también lo reclaman prácticamente todos), que debe ser seguro y eficaz. La bici está fenomenal (es lo más sostenible del mundo). Y el peatón ha de situarse en el centro de la ordenación de la movilidad (son varios los alcaldes que dicen que “debe ser el eje de la movilidad”). Lo cual se acompaña con datos: número de viajes que se hacen a pie, descenso del uso del autobús desde marzo, alusiones a la contaminación asociada al vehículo de motor. Y con propuestas y planes. También en algunos casos se dice que debe mantenerse lo que se ha puesto en marcha en estos meses como “urbanismo táctico”.

Es cierto que pueden verse algunas singularidades en las respuestas. Por ejemplo, solo uno de los alcaldes sigue hablando de la necesidad de mantener la “distancia social” entre los peatones: parece que ya nos hemos olvidado. Un par de ellos hablan de las “supermanzanas” como la solución (ingenuos). Solo uno se refiere a esa propuesta tan celebrada de “la ciudad del cuarto de hora”. Y solo otro recuerda que el transporte público debe ser público-público. O que no hay que olvidar las desigualdades al hablar de la movilidad. Y también solo uno habla de la necesidad de reducir la velocidad en la ciudad. Y la alcaldesa de Canyelles solo habla de los peatones aludiendo a las personas de movilidad reducida.

No somos ingenuos. Hay que ver las coincidencias dentro de unas actuaciones que se diferencian por su alcance. Es una cuestión de grado. Y de ritmo. Y en último término de credibilidad. Porque muchas veces quien toma medidas claras en defensa de la movilidad ciclista y peatonal suele tener problemas de otros grupos que, aunque se supone que defienden la movilidad sostenible, les cuesta enormemente apoyar las medidas que se toman en ese sentido. De manera que sigue siendo necesario coraje para aplicar con decisión cambios en ese campo. Lo mismo que en otras materias relacionadas con el cambio climático, el urbanismo, la participación, etc.

La ultraderecha se sube a la ola verde

Lo curioso es que la ultraderecha esté asumiendo también (a su manera, es cierto), algunas de esas propuestas. Por de pronto, en dos de los ayuntamientos citados antes el gobierno depende de Vox (Zaragoza y Granada). Y es que, aunque la mayor parte de la extrema derecha siga negando la emergencia climática “y considera el ecologismo una preocupación de la ‘élite liberal’, la sucesión de desastres medioambientales y la sensibilización ciu­dadana por el futuro del planeta han llevado a la ultraderecha a subirse –a su manera– a la ola verde” (Mariana Meseguer en La Vanguardia, 28-02-2020: «La ultraderecha se sube a la ola verde»). “Se posicionan a favor del cultivo de proximidad o las energías renovables, contra los pesticidas, los monocultivos, las grandes multinacionales de la industria alimentaria…”. Pero, eso sí, “desde una perspectiva nacional”.

O para decirlo más claramente: relacionando el deterioro medioambiental con las migraciones, abogando por las fronteras como “el gran aliado del medio ambiente, y a través de ellas salvaremos el planeta”. Las fronteras marcan “la línea divisoria entre aquellos que merecen protección y los que no”. Son todavía una minoría, dentro de la ultraderecha (sus europarlamentarios, sin ir más lejos, votaron en contra de las resoluciones de la Eurocámara en políticas sobre el clima). Pero una minoría creciente. Naomi Klein, siempre tan aguda, ha dicho que “lo único que da más miedo que un movimiento de extrema derecha racista que niegue la realidad del cambio climático es un movimiento de extrema derecha racista que no lo niegue”.

Abolir las causas de creciente indigencia”

Vayamos, por tanto, directamente al centro de la cuestión. Desde luego todos los asuntos que comentamos (esos que suscitan la aprobación de la mayoría y a los que ahora se suma, a su manera, la ultraderecha) aluden a derechos. Y ya que hablábamos de la movilidad, debe recordarse que el derecho a moverse de los peatones, por ejemplo, es la forma más sostenible y social de moverse. No podemos obviarlo. Pero tampoco podemos olvidarnos de que sigue siendo urgente «abolir las causas de creciente indigencia”.

“Sería cuando menos necesario el restablecimiento de algunas pautas de la política social-demócrata. Acabar desde luego con el ciclo en el que un porcentaje mínimo de la población posee una proporción inmensa de la riqueza (…) Se necesitaría como mínimo una nueva distribución de las cargas impositivas, que va en contradicción con lo defendido no sólo por Trump o Bolsonaro, sino también por Macron y otros representantes del liberalismo económico”, nos dice en su blog Víctor Gómez Pin (abuso de las citas a esa entrada en su blog, es cierto). Quien, de alguna forma receloso, considera que “de ahí quizás venga la sustitución de tal lucha por otras, perfectamente legítimas y eventualmente de elevado peso moral, pero que no suponen una amenaza tan radical para la trama político-económica del mundo”.

Y recuerda a Michel Foucault, quien “señalaba que es vieja estrategia militar el focalizar la atención del enemigo allí dónde realmente no se dirime lo esencial. Pues bien, los que simplemente queremos un entorno natural a la vez humanizado y compatible con la continuidad de tal humanización, haríamos bien en estar prevenidos sobre el hecho que ciertas luchas no parecen perturbar sobre manera a quienes han dado múltiples muestras de recuperar para sus intereses desde nuestros deseos sexuales, hasta nuestras costumbres alimentarias y nuestras exigencias de sentirnos reconciliados. Deberíamos tener simplemente un gramo de desconfianza ante el hecho de que seamos en ocasiones inducidos a la buena acción por un entorno ideológico cuyos mentores no parecen precisamente hallarse guiados por el imperativo kantiano”.

“Pequeña lista de causas en las que todos estamos de acuerdo, a veces sin preguntarnos si al concentrar toda nuestra energía en ella estamos haciendo otra cosa que obedecer a una consigna interesada. (…) Estoy sugiriendo que quizás ciertas reivindicaciones estén en el fondo permitidas y hasta jaleadas, de tal manera que al asumirlas como imperativo mayor y causa final no hacemos otra cosa que nadar a favor de corriente- mientras que abolir las causas de creciente indigencia supondría enfrentarse de verdad a los cimientos del orden (o desorden) imperante”.

(Imagen del encabezamiento: Bicis en Vitoria, procedente de https://www.vitoria-gasteiz.org/wb021/was/contenidoAction.do?idioma=es&uid=u7e5a2401_12620fcddfa__7fe4).

 


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