Estoy convencido de que hay quien cree que lo fundamental de la política es hacer frasecitas. Gracietas que, al margen de que reflejen verdad o mentira, sirvan para vender una determinada posición, esperando que su supuesta agudeza contribuya a difundir el mensaje. Lo malo es que, por un lado, desvían el debate de ideas, llevándolo al territorio de las imágenes. Y por otro, al forzar el chiste, se exagera sin medida y en ocasiones se desvaría.
Como ejemplos de esta actitud podemos recordar dos bonitas frases que hemos oído esta misma semana, a propósito de las posibles soluciones de integración del ferrocarril en Valladolid. El concejal del PP José Antonio Martínez Bermejo dijo: “El soterramiento de las vías es una solución profunda; mientras que la solución de integración en superficie es… superficial”. No me digan que no es genial.
Pero a las pocas horas le superó la concejala de Ciudadanos, Pilar Vicente. Diciendo, en primer lugar, que “la actuación” de quienes hemos negociado con Fomento ha sido “una bajada de pantalones”. Bonita, bonita expresión. Pero luego viene lo mejor: “Fomento actúa como Donald Trump: mantiene el muro que divide la ciudad y encima lo vamos a pagar nosotros”. ¿A que está fenomenal? Comparar al vecindario de Valladolid con los inmigrantes de México; y equiparar las obras de permeabilización con el pretendido muro fronterizo es, francamente, de quitarse el sombrero. Matrícula de honor.
Pienso, como decía antes, que estas frases nos llevan a un debate superficial en el que acabaremos arrastrando los pantalones. Para hacer frases graciosillas, supuestamente ingeniosas, mejor ir directamente al original: las greguerías. Sugiero que, para alimentar el debate, nos entrenemos los políticos en el bonito juego de las greguerías. Y para empezar, ofrezco esta bolsa de 30 para hacer ejercicio (sí: son muy malas; pero es lo que tiene la falta de entrenamiento).
- Para esta noche se anuncia lluvia de estrellas: habrá que sacar el paraguas de estrellas.
- El refrán que menos gusta a la oposición: más vale malo conocido que bueno por conocer.
- Al final del verano “los bosques lloran” (dijo Llamazares). Pero antes ya han llorado todos los demás: ¿hay alguien que no llore en el mes de febrero?
- Quien bien te quiere te hará llorar, le dijo un erizo a otro al abrazarlo.
- Mientras hay vida hay esperanza, pensaba Esperanza en el lecho de muerte.
- ¿Por qué se dirá las afueras y los adentros, y no las adentras y los afueros?
- El Esgueva y la Esgueva: un río hermafrodita.
- Tengo un sueño, dijo el niño soñador. Y le llevaron a la cama.
- La luciérnaga es un bicho que se ha inventado para facilitar el trabajo a los poetas.
- Los grilletes son grillos simpáticos, que caen bien a todos menos a los presos.
- Curiosamente, la reina Ginebra prefería el ron cola.
- El cristal es transparente de pura timidez.
- ¿Con qué jabón se harán las pompas fúnebres?
- Carita, carita mágica: ¿Hay algún espejo más guapo que yo?
- El azul canta blues.
- Cuenta la leyenda que cada vez que en la calle se levanta 1 cm una baldosa se abre automáticamente en la Concejalía de Hacienda un expediente de reclamación por responsabilidad patrimonial.
- No es cierto que ante el éxito del emoticono de la flamenca se esté promoviendo el emoticono del baturro.
- El dolor de cabeza en Australia se llama dolor de pies.
- Paisaje, maridaje y viaje: tres palabras con el mismo traje.
- Si el cielo fuera un mosaico, las teselas serían las estrellas (ya, ya; lo sé, no me lo digan).
- El beso se da: dar un beso. Pero también se recibe. Y no hay palabra que dé cuenta de ese recibo.
- Más vale apretar poco que abarcar mucho, dijo una persona amable (que se hizo un lío con el refrán).
- El que no corre vuela, y Alberto Bustos organizó una carrera entre las nubes.
- La luna llena tiene mofletes.
- Cuando leo las esquelas busco la mía.
- Los lápices de colores están doblemente obsoletos: por “lápices” (quién usa hoy un lápiz); pero también por “de colores” (sí, efectivamente: todo es gris).
- Cuando alguien me pide fuego me pongo inmediatamente a la defensiva: ¿por qué me lo pregunta?
- A las doce horas del mediodía llega la medianoche: ¿dónde quedaron las otras dos mitades de la noche y el día?
- Para hacer las paces hay que ser como los peces (tema a estudiar; no sé muy bien qué quiere decir).
- Decía Gómez de la Serna que lo más importante de la vida es no haber muerto. Es falso. Lo más importante, lo más duro, es morir sin haber vivido nunca.
(Imagen: dos erizos, procedente de http://www.1zoom.me/es/wallpaper/356174/z3520.4/%26original=1).