Blog de Manuel Saravia

Vejez

El término ha caído en desuso. Ya no hay viejos. Solo se mantiene operativo el término “envejecimiento”. En Valladolid viven casi 73.000 personas mayores. Y muchas de ellas viven especialmente pendientes de las pequeñas cosas, porque la mayor parte de su vida transcurre en un pequeño espacio en torno a su casa. En tales casos “la ciudad empieza y acaba en el sol que llega a la plazuela que está junto a su casa, los vuelos que les protegen cuando llueve, el andar tranquilo, la cercanía de las tiendas de cada día, alguna vista agradable, el cuidado de las cosas, su limpieza, los materiales agradables (la madera, el ladrillo), los recuerdos, que corra la brisa, que se filtre la luz, una terraza, un toldo, un banco, ver niños sueltos, sentir la actividad, sentir algo de orden, algo de respeto, ventanas iluminadas, el agua, los árboles, la vida”.

Hay un libro de Payuelo, Gual y Galbis, titulado Espacios abiertos y personas mayores (Universitat Jaume I, 2005) en el que se hacen una serie de recomendaciones sobre el espacio público, teniendo en cuenta las características de las personas mayores, especialmente los “cambios asociados al envejecimiento”, de los que solo se suelen reseñar los negativos (menor movilidad articular, menor fuerza muscular, menor control de la postura y el equilibrio, actitud preocupada por la seguridad, pérdida de vista, oído y olfato, mayor sensibilidad al frío y al calor, fragilidad de los huesos, conducta más lenta, incontinencia urinaria y fecal, menor fluencia de palabra, falta de memoria, confusión). Y se fijan una serie de recomendaciones de diseño. Entre ellas algunas relacionadas con aumentar la sensación de seguridad, fomentar actividades de carácter socializador, mayor interacción con las zonas infantiles, prever la posibilidad del movimiento en silla de ruedas o con muletas, mejorar la distribución de los bancos, de las papeleras, de otros elementos del mobiliario, incluir elementos “que fomenten la regeneración de su salud”, disponer “servicios públicos vigilados y gratuitos”, incorporar asientos sueltos, y muchas más.

En último término se trata de cuidar especialmente el entorno para que la vida autónoma de las personas mayores en el espacio público sea más fácil y agradable. En Valladolid Toma la Palabra hemos previsto la realización de un amplio estudio en toda la ciudad, con la participación de las personas mayores, en el que se vayan analizando los elementos más significativos de la vida diaria en las calles, parques y plazas. Contrastándolo con las recomendaciones del tipo de las comentadas antes. Un estudio que cada día consideramos más imprescindible para mejorar, con actuaciones pequeñas y de poco coste (prácticamente de mantenimiento) la vida de esas 73.000 personas que comentábamos antes.


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