“Creo que de ahora en adelante habrá que ponerlo todo en diccionarios”. Lo decía Voltaire, y habrá que hacerle caso. De manera que aquí vamos con otro diccionario, esta vez sobre Valladolid y la política. Me he permitido denominarlo Diccionario político de Valladolid en 2015. Y de la misma forma en que Voltaire pretendía que su Diccionario filosófico (1765) lo completasen sus lectores, también espero (osadía que no falte) que quien lea estas entradas las complete, mejore, profundice, trastorne o refute. Pero hablando, en cualquier caso, de los distintos temas que la política vallisoletana sugiere.
Para lo cual he previsto, desde hoy y hasta las elecciones municipales del 24 de mayo de este año 2015, publicar un texto breve prácticamente todos los días. Es decir, más de 70 entradas. No son muchas palabras para un diccionario, es cierto. Pero, que conste, entre los diccionarios temáticos los hay aún con menos voces y no ha pasado nada. Vamos a ello.
Hoy, como arranque, la palabra “ahora”. ¿De dónde viene? Es interesante su etimología (aunque no para tirar cohetes), pero prefiero aplicar la “etimología-ficción”, muchas veces más verdadera que la etimología-no ficción. Recuerdo haber leído a Rubert de Ventós que barroco venía de barraca; lo cual es radicalmente falso, pero ¿no es enormemente sugerente? Pues con el mismo desparpajo propongo aquí que ahora viene de ágora. O si se prefiere, al revés: va hacia ella. Porque, efectivamente, lo que necesitamos ahora es más ágora. En un momento de profunda crisis social precisamos hablar y debatir. Y hacerlo en todos los espacios públicos disponibles.
Y se ha dicho, además, que ahora o nunca. Que estamos en un momento crítico para el cambio. Que en esta hora no solo se puede conseguir ese cambio, sino que hay que lograrlo, sin excusas. Que tenemos la responsabilidad de promover nuevas formas colectivas de vida, de organizar la ciudad, de cumplir la democracia. Ahora.