No deja de sorprender la soltura con que el equipo de gobierno municipal toma decisiones económicas que afectan directamente a la población sin saber cómo incidirán. Hace ya algunos meses pedimos personalmente al concejal de Hacienda, Alfredo Blanco, datos sobre la situación económica de las personas, familias y hogares de la ciudad, cruzados con otras informaciones sobre escolarización, dependencia, característica de las viviendas, situación laboral, etc., de manera que pudiera atisbarse (si no conocer con certeza, al menos de forma aproximada) cómo influyen en sus economías las subidas de impuestos, tasas y precios públicos que viene aplicando el Ayuntamiento. Contestó diciendo que no tienen tal estudio, ni ninguna aproximación. Y desde entonces lo hemos reclamado reiteradamente desde IU, pero sin ningún éxito.
El hecho de que actúen así, aplicando subidas a ojo, sin el menor esfuerzo por conocer los efectos reales sobre los distintos tipos de familias, estratos económicos o situaciones vitales, resulta como digo enormemente sorprendente. Y más aún: indignante. Volveremos a pedirlo hasta el agotamiento (suyo). Porque practican una forma de hacer política que no puede tolerarse. Disponen de los medios técnicos, los datos, el acceso a todas las informaciones que precisen para elaborar tal estudio y no lo hacen. ¿Por qué? Hay que pensar (no veo ninguna otra explicación) que les resulta del todo indiferente. Desidia sin fronteras.