Entre las noticias que hoy publica la prensa nos ha llamado la atención una que figura a toda página: “El alcalde recibe la bandera del Día de las Fuerzas Armadas”. Es curioso que siendo noticia tan relevante no aparezca en la web municipal: a veces el Gabinete de Prensa te da estas sorpresas “de omisión”. Pero el hecho es que al entrar en el texto y repasar la alocución del General Quintanilla, nos ha sorprendido gratamente que apelase a la “honradez, sacrificio, trabajo, justicia, ejemplo, disciplina, lealtad, compañerismo, honor a la verdad, respeto y, sobre todo, amor a España”, pero también –y aquí está la sorpresa- a “la contención del gasto”.

No lo haría con intención de molestar, sin duda; pero lo cierto es que el Alcalde se tuvo que remover en la silla. Porque lo primero son palabras genéricas, esperables: honradez, sacrificio… (por cierto: faltaba “valor”, ¿no?; en los discursos militares siempre está presente la palabra valor: otra sorpresa de omisión). Pero hablar de “contención del gasto” apunta directamente al sentimiento. Porque se lo dice a quien acaba de aprobar la contratación de un asesor por 193.000 euros, sin que haya necesidad alguna de sus servicios. A quien sufraga con varias (bastantes: algún día nos dirán la cantidad exacta) decenas de miles de euros un campeonato de pádel en un recinto cerrado que se ha levantado en medio de la Plaza Mayor. Se lo dice a quien entrega más de 610.000 euros por instalar un ascensor en la torre de la Catedral. E incluso se podría aplicar a sí mismo el reproche, acordándose de los 400.000 euros de la celebración del “Día de las Fuerzas Armadas”. Como se ve, todo gastos necesarios, básicos, urgentes, de primera necesidad. En fin; que no sería su intención, pero con la referencia a la contención del gasto la lió. Rompan filas.

(En la imagen: preparación de la tribuna en la Plaza Mayor del Día de las Fuerzas Armadas. Foto de Lostau publicada en www.elmundo.es).