Blog de Manuel Saravia

8. Escribir para los amigos

Cuidadosamente editado y con un formato habitual (cita inicial, dedicatoria, organizado en nueve capítulos que se inician con una foto en blanco y negro), el libro del Comité Invisible A nuestro amigos (Logroño, 2015) es, sin embargo, una rareza. Por su contenido, obviamente. Que contrasta aún más en esa presentación tradicional. Bien es verdad que los textos pueden encontrarse en internet (no sé si todos, aunque sí la mayoría), pero la lectura en libro lleva a una percepción algo diferente.

Concluye definiéndose como “una modesta contribución a la inteligencia de este tiempo”, y creo que hay que darles la razón. Porque es una contribución, sin duda. Mucho de lo que en él se dice suena nuevo y proporciona, por tanto, material para el debate. Pero también es inteligente. No por denotar mayor o menor capacidad intelectual (¿quiénes somos para dar tales certificados?), sino por su agudeza, ingenio y capacidad de espolear el pensamiento, por ayudar a despertar de lugares comunes.

Las fotos de los encabezamientos recogen pintadas en las calles de distintas ciudades del mundo, y se adoptan como título de cada capítulo. Son muy expresivas de los contenidos. Merry crisis and happy new fear; “Nos quieren obligar a gobernar, no vamos a caer en esa provocación”; Il potere è logistico. Blocchiamo tutto!; Fuck off Google; “Desaparezcamos”; “Nuestra única patria: la infancia”; Omnia sunt communia; o Today Libia, tomorrow Wall Street.

Se ve la revolución como brechas en un “reino organizado”. Proponen desde las primeras páginas olvidarnos de esa “aspiración neurasténica” de tantos reformadores sociales o revolucionarios de viejo cuño “al establecimiento de una era de paz y de abundancia estéril donde ya no habría nada que temer, donde las contradicciones serían al fin resueltas y lo negativo reabsorbido”, donde se establecería “mediante la ciencia y la industria una sociedad próspera, íntegramente automatizada y definitivamente apaciguada. Algo así como un paraíso terrestre organizado sobre el modelo del hospital psiquiátrico o el sanatorio”.

Para lo cual es necesario “desenredar la madeja del presente”, y este libro se ofrece como una ayuda para esa “empresa de elucidación”. Porque “no sabemos si la insurrección tendrá aires de asalto heroico, o si será un ataque de llanto planetario”. No sabemos si la revolución será “un brutal ataque de sensibilidad después de décadas de anestesia, de miseria, de necedad”. Porque, en fin, “nada garantiza que la opción fascista no se preferirá a la revolución”.


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